lunes, 1 de junio de 2009

Hijo de loba


La loba ha sido mi nodriza,
Yací en su pecho,
Su leche me alimentaba
Hasta que se convertió en mi madre.

Sus hijas e hijos son mis hermanos
Comí con ellos la carne de los corderos,
Los cuales matábamos en nuestros juegos.

Sintonicé en su cantar
Y canté con ellos la canción de las canciones.

Me he vuelto grande y fuerte,
Tímido, observando y pechugón,
Pertinaz y siempre hambriento.

La luna llena me expulsa a la noche,
Desnudo,
sin haberme lavado,
Rondo por los bosques,
Me baño en la nieve
Y sigo el olor que me delata
Donde se reúne mi calaña.

Pero no la encuentro,
Ya no la puedo oler
Y sé,
Que el hombre la ha desterrado.

Sintonizo en su cantar
Y lloro sin ellos la canción de las canciones.

En una noche buena,
La luna llena,
Me empuja el desasosiego.
Mato conejo, corzo y becerro
Penetro con mis dientes en sus cuellos
mi lengua prubea su sangre pulsante,
Caliente y saltado, baja por mi garganta.

Y frente a mi ojo animal,
Veo mi madre la loba
Y como mis hermanos y hermanas
Escuchan su aullido.

En la borrachera de la sangre fresca
Me empaca su llamada.
Esta reuniendo todos sus hijos
Entiendo su último grito
Espirado por su rabia y antojo de venganza.

Mi ojo animal,
Mira al otro mundo
Y responde a su alma torturada.

Asumo el cargo de los cargos
Y recibo la herencia de los lobos.

Y como último lobo de esta tierra,
Sintonizo en su cantar
Y canto con ellos,
La canción de las canciones.


© 2009 by Christian Maier

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