Érase una abeja juvenil
que volaba de flor a flor.
Disfrutaba sabores inmensos
en esos prados infinitos de olor,…
Érase un jardinero tonto
que creía al laboratorio
poder cultivar plantas incortables,
plantas ilesas e inmortales,…
Érase una vez un prado
de flores multicolor
sin abejas y sin olor
un prado evolucionado sin sabor,…
Érase una vez que las flores más fuertes,
no sabían como reproducirse más,
porque no tenían que morirse nunca jamás,
hasta sobrevivieron la guerra nuclear,…
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Llegaba una vez un abejorro renacido,
al prado de flores inmortales, resistentes,
hace un milenio era un jardinero tonto
hoy es el liberador de flores inmortales.
Érase una vez que las flores
de los prados de la tierra
dejaron de vivir sin morirse
y empezaron otra vez de reproducirse.
Érase una vez una familia de abejorro
en un prado de multicolor
por sus flores de deliciosísimo sabor.
La era nueva y las eras viejas,
flores hijas y flores madres,
e incontables amores de abejas,…
© 2009 by Christian Maier
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